sábado, 14 de abril de 2018

Deborah Castellano Lubov: “El otro Francisco. Lo que nunca se ha dicho sobre el Papa.”

Deborah Castellano Lubov parece ser una periodista que trabaja fundamentalmente para Zenit, una web que habla de “el mundo visto desde Roma”. Pero junto a esa corresponsalía ha tenido colaboraciones ocasionales con otras muchas cadenas como EWTN, NBC News, National Catholic Register Our Sunday Visitor.
El libro es la colección de las entrevistas realizadas por la autora a catorce personas, en su gran mayoría dignidades de la Iglesia católica, destacando como excepciones las realizadas a su hermana, un rabino y un amigo. Todas, obviamente, son elogiosas y, salvo aspectos puntuales, no se corresponden con lo que anuncia el subtítulo del libro. Salvo algunas anécdotas, todo estaba dicho y era conocido. La obra, en todo caso, se lleva a cabo con motivo del quinto aniversario de la elección de Bergoglio como Papa.
Los entrevistados son éstos: 1. María Elena (hermana). 2. Charles Maung (cardenal, Rangún, Myanmar). 3. Joseph Edward Kurtz (arzobispo, Louisville), 4. Timothy Dolan (Cardenal, Nueva York). 5. Georg Gänswein (arzobispo y prefecto de la Casa Pontificia). 6. Kurt Koch (cardenal, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos). 7. Federico Lombardi (jesuíta, antiguo director de la Sala de Prensa de la Santa Sede). 8. Gerhard Ludvig Müller (cardenal, prefecto emérito de la Congregación para la doctrina de la fe). 9. Wilfried Fox Napier (cardenal, arzobispo de Durban, Sudáfrica). 10. Adrian Pallarols (amigo de Jorge Bergoglio). 11. George Pell (cardenal, prefecto de la Secretaría de Asuntos económicos). 12. Abrahan Skorka (rabino, Buenos Aires). 13. Peter Kodwo Appiah Turkson (cardenal, prefecto del dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral). 14. Fouad Boutros Ibrahim Twal (patriarca emérito de Jerusalén).
De antemano es menester afirmar que elogiar los cinco años de Bergoglio se ha constituido en algo políticamente correcto. Algo de lo que ya no se puede disentir. Ya se sabe: el que no afirma lo políticamente correcto, es un fascista. Lo triste es que no hablamos aquí de algo político, sino religioso. A lo mejor hay que hablar de lo religiosamente correcto. Yo diría que estamos al borde de ello. Bueno: hay que recordar que siempre ha existido la herejía como lo religiosamente incorrecto. Pero ahora la cosa es distinta.

Hay que dejar a un lado la entrevista realizada a su hermana. Es, en cualquier caso, su hermana; ella lo dice: “¡Francisco es siempre y, de todos modos, mi hermano Jorge!”. Quizá sea lo que nos pasa a muchos: Francisco es siempre Jorge Bergoglio (¿porque lo sigue siendo?)  Su hermana no parece ser sensible a la carga que el pontificado supone: “tuve la impresión de que estaba muy feliz en ese momento. Parecía como si el Espíritu Santo estuviera realmente con él. También creo que estaba feliz como nunca”. Hay que recordar sin embargo que cuando se le pregunta si Jorge Bergoglio estaba comprometido políticamente, contesta: ·” Sí, se identificaba en el peronismo, al menos en su primera fase, porque las piedras angulares de este movimiento descansaban en la Doctrina social de la Iglesia. Sin embargo, no era ni de derechas ni de izquierdas, siempre estuvo interesado en la proclamación del Evangelio”. Cuando se la pregunta lo que sucedió cuando el peronismo cayó y se acusó a Bergoglio de llegar a acuerdos con la Junta Militar contesta de una forma muy doméstica: “¿Pero realmente usted cree que eso fuese posible? Esto significaba que había olvidado por completo el ejemplo que nuestra abuela nos había testimoniado con sus elecciones en la vida. Ella había escapado de los fascistas. ¿Qué acuerdos debería haber hecho con un dictador? ¡Nunca! ¡Hubiera sido como traicionar a su querida abuela!”.
La trayectoria del nuevo papado durante estos cinco años se centra en algunas ideas básicas. Solo apuntaré a algunas.
¡Las periferias! Una idea obsesiva. Por periferia puede entenderse tanto a las zonas de pobreza de todas ciudades, como a las áreas geográficas lejanas. Se veía venir de lejos: “Delenda est Europa”. Roma se ha convertido en periferia, aunque este hecho se oculte. Las presuntas ovejas habituales ceden su posición en favor de las ovejas periféricas. Aunque huelan todas.
¡La pobreza! La “Iglesia pobre y para los pobres”. No deja de ser un eslogan recurrente tanto de los entrevistados como del mismo Bergoglio. Pero ¿qué es la pobreza? Las Bienaventuranzas nos hablaban de los pobres de espíritu. Pero ahora todo se ha reducido a la falta de dinero. ¿Es la Iglesia pobre? ¿Quiénes son los pobres? La idea de pobreza se reduce en ocasiones a la sencillez. Pero la sencillez debe ser otra cosa.
¡La comunicación! Una y otra vez se insiste en que Bergoglio es “maestro de la comunicación”. Nadie lo va a discutir. Lo que es más dudoso es si comunica la “buena nueva” o una “buena novísima”. Desde hace años, se distingue entre la comunicación verbal y la no verbal. En la primera, hay que reconocer que Bergoglio es un maestro con tanta entrevista en los aviones y tanto sermón en Santa Marta. Pero ¿transmite algún mensaje cristiano? Lo que recibimos es el mensaje de su superior maestría en determinados aspectos de la vida. El viejo dicho dice que por la boca muere el pez. Y, creo que Aristófanes, afirmaba que las palabras son las madres paridoras de los pecados
Lo que no se puede hacer es hablar de “su sencilla manera de comunicar”. Tiene de todo menos de sencilla; puede afirmarse que es instintiva y espontánea, que son cosas distintas de la sencillez. Aunque no lo sea, mucho huele a posado, esa categoría introducida por la prensa rosa. Y más estupefaciente aún es que sea efectiva y sean reales los aplausos recibidos. Resulta extraño, por ejemplo, utilizar un mingitorio público en un recorrido público, cuando son muy conocidos los remedios utilizados por los celebrantes para conciliar la edad con la gran duración de algunos actos litúrgicos.
La inmigración es otro de los temas manoseados en las entrevistas. La postura de Bergoglio es claramente reconocida: “Este liderazgo moral de Francisco, que exhorta a mirar a cada emigrante como a un hombre con su dignidad, está teniendo buenos efectos. No propone modelos para las políticas migratorias de un determinado país. Sólo está mostrando el sufrimiento de los inmigrantes al mundo”. Es decir, si yo ahora digo que sufro por los que no tienen agua potable, por los que sufren frío, por los que no tienen trabajo, por los que carecen de una adecuada asistencia médica, ¿Hago algo más que mostrar el sufrimiento? ¿Hago algo por aliviarles? ¿Hago real por ellos la más allá de la proclama? Por cierto ¿cuántos emigrantes viven en Santa Marta? ¿Cuatro? ¿Tres? ¿Dos? ¿Uno? Una de las primeras intervenciones mediáticas de Bergoglio fue la realizada en Lampedusa. Tras dirigirse a “los queridos inmigrantes musulmanes” su pensamiento le indica que “la Iglesia está cerca de ustedes en la búsqueda de una vida más digna para ustedes y sus familias”.
El entusiasmo es más mediático que real. Pero se alimenta por los propios entrevistados: “Gente de todo tipo me para continuamente por la calle, diciéndome: “Gracias por el don del Papa Francisco”. Antes ha dicho: “el Papa Francisco posee unos talentos que nos hacen falta hoy”. Estas declaraciones suponen un desprecio total hacia sus predecesores. La tragedia personal de Benedicto XVI simplemente se ignora; peor aún: se finge perdonar.
La lectura de este libro no conduce a la serenidad, sino a la desesperanza. Hay dos referentes en la vida: Dios y el individuo, sea yo o seas tú. De Dios apenas sabemos nada, más allá de que aceptemos y confesemos como católicos su existencia, su triple personalidad y la paternidad de Jesucristo, cosas que aceptamos desde esa ignorancia y la fe que profesamos mientras no nos la quiten (porque la fe también se quita). Si observamos al individuo advertimos su preocupación y, llegada la edad, la insoportable certidumbre sobre cuál va a ser su próximo futuro. Y, sobre todo, de su destino fuera del tiempo, el que supone su encuentro con ese Dios desconocido e incognoscible.
Ante esto. ¿qué utilidad pueden tener una serie de entrevistas exultantes, laudatorias, explicativas y justificadoras como las que ofrece ese libro? Un libro que, a mi juicio, no ayudará a nadie a orientar su vida y salvar su alma si cree en ella. Ya uno de los entrevistados indicaba que “los medios de comunicación son un instrumento extraordinario para anunciar el Evangelio”. A los hechos me remito.
Personalmente, los libros hechos con entrevistas me repugnan; me repugnan algo, para no ser radical. O que no las comprendo, para ser también humilde y sencillo. Yo no he sentido que nadie me oliera como a oveja; el hecho cierto es que no yo tampoco he olido a ningún pastor. El problema real es que me gustaría hacerlo.
Creo que estamos ante una obra inútil, aunque bienintencionada, que no aliviará a casi nadie cuando casi todos precisan de ese alivio. Aunque es un libro que trata de incitarnos a aplaudir, me temo que yo no puedo hacerlo.

“El otro Francisco. Lo que nunca se ha dicho sobre el Papa.” es una obra escrita por Deborah Castellano Lubov en 2017 con el nombre original de “Tutto quello qui che non vi hanno mai detto sul Papa”. Tras ser publicada en Italia en 2017 por Edizioni Cantagalli, ha sido traducida y publicada en España en 2018 por Homo Legens. Ha sido leída en su versión Kindle.

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