jueves, 19 de septiembre de 2019

César Alonso de los Ríos : “Yo digo España. Contra la disolución nacional alentada por la izquierda”.


En una de las entregas de la serie “Regreso al futuro”, el protagonista Marty McFLy tiene una foto en la que las figuras de sus padres, los retratados, va debilitándose con el paso del tiempo, lo que le obliga a intervenir para cortar ese proceso y permitir su propia existencia. Algo así parece suceder con la figura del César Alonso de los Ríos, un periodista muerto en 2018 que siempre se nos mostró interesante y de ideas claras, aunque cambiantes con el transcurso del tiempo. ¿Conviene intervenir para detener ese desvanecimiento en este caso de sus ideas?
Porque si comenzó siendo militante del Frente de Liberación Popular (el famoso “felipe”), lo que llevó a la cárcel en 1962, se deslizó más tarde hasta el Partido Comunista en el que figuró como afiliado entre los años 1962 a 1982 en los que colaboró con “Cuadernos para el Diálogo” y “Triunfo”, de marcado tono antifranquista. Ya en 1980 se hizo militante del PSOE, dos años antes de la subida al poder de Felipe González. La crítica a determinadas posiciones del socialismo lo acercó a las ideas de Aznar. Fue famoso su libro desmitificador de la figura del Tierno Galván, el “viejo profesor”. Esa crítica a determinadas ideas del PSOE le llevó finalmente a colaborar con ABC o aparecer en las tertulias de Intereconomía y la COPE, de perfil conservador. Al final se nos ha quedado viva esa imagen última con su aspecto intolerante hacia la izquierda con la que había convivido tantos años.
El libro a que hace referencia este comentario pertenece a esa época claramente crítica con el PSOE en particular, al ser el partido que conservaba desde la izquierda un papel relevante en la vida política de España. Pero ¿es realmente un libro? Me refiero a esos presuntos libros que integran artículos o notas escritas sin el propósito de responder a un hilo lógico, aunque en su conjunto evidencien a una idea del autor o a un aspecto de su talante que persiste a lo largo de esos escritos. Digamos que más bien es una serie ordenadas de ideas y denuncias, todas ellas publicadas en el periódico ABC entre los años 2001 a 2005. Años que cubren la sustitución del PP por el PSOE.
Una segunda objeción que se podría oponer a este comentario es que se refiere a un libro escrito en 2006, es decir, hace 13 años. ¿No estamos presentando una visión de algo pasado enterrado ya por el paso del tiempo? La objeción es justa y válida. Pero pese a ello permite ofrecer una visión curiosa: ¿qué ha sucedido en estos 13 años desde la publicación del libro? ¿Podemos decir que continúan las cosas iguales? ¿Han empeorado o mejorado?
Refiriéndonos a hechos concretos, Alonso de los Ríos escribe este libro contra las peculiares ideas de Zapatero, concretadas en su posición doctrinal ante el proceso separatista sufrido por España. Han pasado esos 13 años y hoy Zapatero parece infantil frente a los posicionamientos adoptados por el nuevo presidente Sánchez. Todo ello, mediando una presencia de Rajoy iniciada con una concesión electoral a éste de una mayoría absoluta de la que no hizo uso. O no quiso hacer uso.
El gran caballo de batalla de la crítica contenida en el libro está justificado en un sentido nacional del autor, que se rebela contra las pulsiones independentistas, especialmente las del País Vasco y la catalana. Frente a ello enarbola hasta el título de la obra: “Yo digo España”. Especialmente prolijos son los comentarios a la realidad de la época en los casos vasco y catalán. Son muchos hechos los que se suceden, desde el Pacto Antiterrorista y las entrevistas de Carod Rovira con ETA hasta, ya en el poder Zapatero, la firma del Pacto del Tinell. Alonso de los Ríos destaca la diversidad de ambos independentismos y las vías distintas que escogen para el éxito de sus objetivos. Son hechos tan complejos que no pueden resumirse en este momento, siendo el libro buen camino para recordarlos. No faltan, por descontado, las críticas hacia los protagonistas del movimiento disgregador, como puede ser la acusación del supremacismo catalán frente a los emigrantes o la manipulación de las palabras, como las de víctima y verdugo, por la ETA y el PNV
Especialmente lúcido es el artículo de 5 de abril de 2006 que alude al temor que produce ver cómo Navarra se incluye en los proyectos de Euskal Herría y, sobre todo, cómo los socialistas están “pensando en esta región como una cantera de votos que pudieran llevar a Patxi López al poder de la mano de Batasuna o un posible sustituto. Me hablan de los esfuerzos que están haciendo los socialistas en Navarra para sintonizar con las aspiraciones de los batasuneros. El sueño es desplazar de las instituciones a UPN con la ayuda del diablo, si fuere preciso”. Acaba así el aviso: “Navarra tiene conciencia de Troya y sabe que cualquier noche pueden meterle el Caballo”. Han pasado trece años y todo se ha cumplido. No puede tampoco ignorarse la referencia a Galicia, “a nosa terra”, que une en una comida de Fraga y Beiras. Al final, un feudo tan controlado por el PP como íntimamente nacionalista, aunque no separatista. Pero aún queda la voz de Verdaguer que recuerda el libro: para él la patria era Cataluña y España la nación. Lo hace tras aludir al “péndulo de la historia”. Pero ¿acaso existe?
¿Cómo se ha llegado a la situación que contempla en 2006 Alonso de los Ríos? Su dedo apunta directamente al 11-M. Que el atentado permitió el acceso al poder de los socialistas en unas elecciones que tenían claramente perdidas tres días antes de su celebración es evidente y no permite discusión. No tiene ese mismo sentido indiscutible la imputación del atentado de forma exclusiva a ETA, idea que parece alentar en buena medida el libro, concretamente en el capítulo que dedica a los efectos del 11-M. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el primero de los artículos del capítulo se publicó el mismo día del atentado; el segundo ya se publica el día siguiente, 12 de marzo.
En el primero aún puede hablar de que los socialistas afirman que el PP está recurriendo al voto del miedo. Alonso de los Ríos contesta así: “en el PSOE se dice que el PP recurre al voto del miedo, cuando, en realidad, es la política de Zapatero la que ‘da miedo’”. El tiempo les dio la razón a quienes sentían ese temor. Sobradamente. El libro constata dos efectos inmediatos del 11-M: por un parte supuso la modificación radical de la política exterior en relación con la Unión Europea y los Estados Unidos; por otra, favoreció la carrera de los “confederales” hacia el reconocimiento de Cataluña, el País Vasco y Galicia.
Más adelante adelanta otros efectos colaterales, como son los “sustos” sufridos por un Rajoy descolocado que se pensaba ya presidente y un Zapatero, que llega a la presidencia sin sentirse preparado, quizá con conciencia desde entonces de ser algo para usar y tirar. “Los socialistas españoles están por la guerra en el interior y por la servidumbre en el exterior” es como resume otro efecto colateral un artículo en que teme el advenimiento de los totalitarismos. Recordemos que en 2011 nacía el movimiento 15-M.
En el libro son varios los artículos que se refieren al 11-M. Lo que se deduce de ellos es la convicción de que el atentado que fue lo que provocó el vuelco por el que llegó Zapatero (al que tan bien describe), precursor de Sánchez. Lo alinea con los varios magnicidios y atentados masivos en los que aún se discute la autoría intelectual y material. No acusa, pero tampoco excluye a ETA; se extraña ante las pruebas falsas y tempranas encontradas; se asombra del carácter primario de los acusados en sentencia, incompatible con la perfecta ejecución del atentado; admite la probable complejidad de la autoría… Recuerda, en fin, que el atentado sobrevenía cuando la influencia de franceses y alemanes era desplazada por Aznar en su acercamiento a Bush.
Algo a destacar es la importancia que concede a la fecha del atentado, concretamente a la de su ejecución. Parece milimétricamente calculada para desplazar al PP del poder político, al producirse el atentado tres días antes de las elecciones generales, tiempo que el PSOE aprovechó para cambiar el sentir de la población votante. Pero no se oculta cuantos otros sujetos, partidos o países, podían estar interesados en ese inesperado vuelco. La simple sombra de la presencia española en Irak y el tablero internacional o el más puro terrorismo podían ser aducidos como motivos de ese interés.
Vuelvo a lo inicialmente indicaba. El libro, más allá de su claro valor testimonial posee la funcionalidad de poder contemplar la trayectoria que han seguido las realidades enunciadas, concretadas por Alonso de los Ríos en la política de Zapatero y magnificada por el PSOE de Sánchez. ¿Han mejorado las cosas en España, la situación denunciada en concreto? Dejemos a un lado que la contestación dependerá de la situación de que se parta. Para los devotos de la federalización, balcanización o desmembración de España, los últimos años han sido una sucesión de éxitos con breves traspiés como el sufrido con el llamado “procés”. Pero Navarra cuenta ya con un gobierno apoyado por BILDU (o sea, ETA), Cataluña ha convertido en costumbre no respetar leyes ni sentencias ‘estatales’, Baleares y Valencia optan por ser Paisos Catalanes, en Galicia como en esas otras regiones se enseña la lengua lugareña y se adoctrina en las escuelas. Hay que evitar que se trate de ocultar todo ello evitando que, como la langosta metida en agua fría que se va calentando hasta hervir, perdamos la conciencia de lo que pasa en nuestro entorno.
Estamos, por tanto, ante un libro que se puede leer por cualquier parte que se abra, aunque con el riesgo de leer algo más de lo que se pensaba. Sobre todo, ante un libro que nos enfrenta a un pasado reciente y elata nuestra corta memoria. Y un libro no apto para progresistas, aunque pueda serlo para muchos socialistas pese a que, dado el sesgo último de Alonso de los Ríos, no resulte cómodo.
“Yo digo España. Contra la disolución nacional alentada por la izquierda” (256 págs.) es un libro escrito por César Alonso de los Ríos en 2006 y publicado ese mismo año por la editorial “Libros libres”

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