jueves, 16 de mayo de 2019

Josu de Miguel Bárcena y Javier Tajadura Tejada : “Kelsen versus Schmitt. Política y derecho en la crisis de constitucionalismo”


Cuando uno estudiaba Derecho, allá por los cincuenta, resonaban con cierta insistencia los nombres de los dos juristas sobre cuyas ideas se detiene el libro. Carl Schmitt era seguido por Javier Conde en su cátedra de derecho político (aunque a uno le tocara como profesor de esa asignatura a Jiménez de Parga), mientras que el “pacta sunt servanda” de Kelsen sobrevolaba otras muchas asignaturas. Su pirámide normativa arrojaba su alargada sombra sobre la ciencia jurídica de aquel tiempo.
El libro está escrito al alimón por dos teóricos del constitucionalismo. El primero, es decir Josu de Miguel Bárcena, es profesor agregado de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Barcelona desde 2010, aunque curiosamente se licenció y doctoró en la Universidad del País Vasco. Frecuentó también el mundo universitario de Bolonia. El segundo coautor es Javier Tajadura Tejada, profesor también de Derecho Constitucional en la Universidad Vasca y colaborador con artículos en el Diario Vasco. Uno y otro han escrito varios libros y en éste es de destacar que la coautoría no se nota, a diferencia de los libros en que se distinguen claramente los pasajes que corresponden a uno y otro autor. Quizá es todo obra de una mano superior de corrector de estilos, pero esto sería difícil de no ser éste uno de los autores, dada la densidad doctrinal de libro.
Lo primero que hay que destacar es que éste no es un libro de divulgación, aunque tampoco se le pueda catalogar como libro de tesis. Contrapone dos formas muy distintas de ver el Estado por dos teóricos que tuvieron visiones diversas y contrapuestas, derivadas en gran parte de las circunstancias históricas y su incidencia en su trayectoria vital. Esto justifica que se dedique una gran atención que por merecida y necesaria se agradece a sus vidas e historias. En ambos parece estar presente la virtud de la honestidad académica; y ambos curiosamente superaron los noventa años. En otros aspectos su destino fue muy distinto: Schmitt, como consecuencia de su cercanía al nazismo, se sumió en el silencio terminada la guerra. Kelsen, por su parte, judío no practicante que gozó de cuatro nacionalidades sucesivas, acabó sus días en la templanza californiana. Hubo algo común entre ellos: vivieron los inciertos años de entreguerras en que el imperio austrohúngaro desparecía y había que adaptar, en la República de Weimar, la pesada estructura política del Estado a la democracia. Un periodo de unos veinte años sumamente agitado y convulso que, a los autores del libro, les ha recordado el momento actual del mundo, ya en los años iniciales del siglo XXI y a un siglo de distancia, aunque sólo como resonancia de lo que entonces sucedió. Una sensación que nos invade también a otros muchos. Los viejos dilemas sobre la democracia, el Estado, la Constitución, el derecho, el federalismo, la soberanía, el liberalismo… parecen volver a ser turbios y precisados de una concreción o un acuerdo. Pero ¿a qué nivel?, ¿por quiénes?
Volvamos a sus vidas. Tanto Kelsen como Schmitt se movieron siempre en ámbitos académicos, pero al mismo tiempo tuvieron cerca la oreja del César. Kelsen fue autor del borrador de constitución de Austria tras la conclusión de la guerra. Introdujo de alguna forma la idea de un Tribunal Constitucional que garantizase el sometimiento del Gobierno y más concretamente la Administración a la Constitución. Él mismo fue miembro integrante de ese Tribunal de nueva creación hasta que se topó con una peculiar incidencia. Sencillamente, prohibida la separación matrimonial en la Constitución, el Gobierno utilizó la vía falsa y generosa de las licencias que se concedían para dejar aquella, de hecho, sin efecto. La oposición de Kelsen a esa situación en la que la Administración se superponía al legislativo terminó con su cese como miembro del Tribunal y marcó el inicio de una huida del creciente nazismo que, tras llevarle a Suiza y Checoeslovaquia, le condujo a unos Estados Unidos que, como de costumbre, le abdujeron y le incorporaron a su larga colección de refugiados.
Carl Schmitt compartió los principios académicos como Kelsen. Conservador católico, trató de evitar la extensión de las ideas soviéticas más allá de Rusia, lo que le llevó a ser portador de ideas utilizadas más tarde por al nacionalsocialismo. Simplemente afiliado al partido, generó tesis que eran compatibles con el dudoso ascenso del nazismo, que naturalmente las aprovechó. Finalizada la guerra, no fue ni juzgado ni condenado, pero Schmitt se refugió en una casi total inactividad teórica.
¿Está correctamente empleado el término “versus” en el título del libro? En otras palabras: ¿existió una verdadera confrontación entre Hans Kelsen y Carl Schmitt? Partamos de que la palabra latina “versus” fue traicionada en su incorporación al inglés pasando a significar “contra” y, así y por imperativo de su uso, ha sido admitida por el diccionario de la Real Academia. Pero Kelsen y Schmitt únicamente discreparon, pero no llegaron nunca a ese grado de contradicción, cercano al litigio o la contienda, que sugiere el término “versus”. Quizá lo prueba el hecho de que, cuando examinan las respectivas posiciones que adoptan en relación con los conceptos básicos de Estado, soberanía, pueblo, liberalismo, democracia o constitución, por ejemplo, se exponen sucesivamente. Quizá los medios varían, pero los fines parecen similares en teoría.
De entrada, hay un hecho que encarna sus respectivas teorías. La guerra del 14, la verdadera guerra europea, había supuesto la desaparición de unos sistemas políticos previos y a la aparición de nuevas amenazas como eran el comunismo y el fascismo. Ello dio lugar a una brillante etapa de pensadores que dedicaron sus esfuerzos a la definición del nuevo sistema que debía sustituir al anterior. Una etapa que duro apenas algo más de dos décadas y que desembocó en una nueva guerra, ahora internacional, y que presentaba perfiles muy diferentes de la anterior. ¿Son ya Kelsen y Schmitt simples respetables figuras de la historia del constitucionalismo? ¿O su pensamiento es actual? El libro en contundente: hablando, por ejemplo, de la idea de Estado Constitucional, afirma que no llegaron a formularla “tal y como la conocemos hoy en día”. ¿Son historia?
En ese mundo de contraposición de ideas, Kelsen y Schmidt marcan polos distintos, pero con el dato común de irse elaborando entre rectificaciones y puntualizaciones. Es común también en ambos la acusación dirigida a los partidos de ser los que originaban el desprestigio de la democracia. Ambos, por fin, buscaban el remedio a aquello, aunque llegando a propuestas absolutamente incompatibles. Porque mientras Kelsen buscaba la libertad, Schmidt pretendía alcanzar la igualdad. El primero, con su relativismo pretendía hacer convergentes esas ideas. El segundo, negaba dicha posibilidad.
El libro se articula fundamentalmente en las posiciones mantenidas de Kelsen y Schmitt en torno a las concepciones del Estado, la Constitución, la democracia y la defensa de la Constitución. Es imposible entrar en el análisis de cada uno de estos apartados, porque requiere una profundidad y atención que casi superan al propio libro. A la vista de lo cual es necesario agarrar el trapecio y saltar al espacio ofreciendo una idea grosera de sus posiciones básicas y sus propuestas a la realidad que no les gusta.
Partamos de la circunstancia común: caído y vencido el imperio austrohúngaro, la república de Weimar trata de lograr una constitución que compagine todas sus aspiraciones. Pronto la aparición de los partidos y el pluripartidismo frustran esas esperanzas. Kelsen buscará el control de la sumisión a la ley (la Constitución) en un Tribunal Constitucional. Intentó siempre controlar al tigre del pluralismo, defendió la justicia constitucional y nos habló del “legislador negativo”. Schmitt buscará en cambio el acercamiento del ciudadano y el Estado partiendo de una unidad de principios aceptados por el “pueblo” y representado o defendidos por un vigilante que controle el Estado. Algo que será fagocitado por el “Ein Volk, ein Reich, ein Führer” nazi. Niega la eficacia protectora de un tribunal constitucional que únicamente supondría la pérdida del principio de separación de poderes y sitúa esa función en un jefe supremo plebiscitario. Pero ambos juristas tienen conciencia de problemas tan importantes como el de las relaciones entre la mayoría y la minoría o la distinción entre ley y sentencia.
Los autores en los que uno no aprecia especiales sesgos― abordan la polémica entre Kelsen y Schmitt en la evolución histórica de sus ideas en torno a la inestable República de Weimar, para terminar expresando su propia opinión y la persistencia de los problemas entonces abordados en la legislación actual: “El momento histórico actual parece caracterizarse por un profundo desprecio hacia el derecho… “ “no estamos ante una decadencia política del sistema, sino ante una auténtica crisis en donde se confrontan modos de existencia que parece incompatibles: democracia representativa versus populismo”. Alientan al lector a la vuelta al estudio de la Teoría del Estado y de la Teoría de la Constitución, así como la lectura de los textos originales de estos juristas, no sin advertir el peligro de ser deslumbrados por sus brillantes trampas metodológicas que pueden impulsar al derribo de los cimientos de la ciudad política moderna.
Es un libro, sin duda, de interés. Especialmente porque, transcurridos casi cien años, persisten los problemas a los que, con distintas posiciones iniciales, pretendían dar solución tanto Kelsen como Schmitt. Seguimos sin saber qué es la democracia. Seguimos sin saber cuáles son los límites del poder del Estado y quién debe ostentarlo. También es cierto que el libro no nos dará la respuesta a nuestras preocupaciones actuales sobre estatismo y democracia. Pero el libro, leído atentamente, nos mostrará las posibles propuestas históricas que se han dado, centradas en este caso en dos juristas ilustres: Kelsen y Schmitt. El primero no fue oído quizá; el segundo fue utilizado, ahora sin duda. Repitamos nuestra advertencia: de lectura serena, prolija y orientada. Recomendable sólo para expertos, curiosos o diletantes. Abstenerse los demás.

“Kelsen versus Schmitt. Política y derecho en las crisis del constitucionalismo” (302 págs.) es un libo del que son autores Josu de Miguel Bárcena y Javier Tajadura Tejada y publicado por Guillermo Escolar editor en 2018.         

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