Es una grata
sorpresa ver que hay una voz que se levanta contra la doctrina de género al
uso. Y que esa voz sea femenina. Cuando se avanza en la lectura del libro se
muestra por qué es femenina: porque interpreta esa doctrina al uso como un
ataque a la condición femenina. Alicia Rubio escribió en un twitt: “la prensa
oficial carece de credibilidad porque ha pasado de informar a adoctrinar en los
dogmas de la corrección política”.
La base de todo
lo que va a desarrollar en su libro descansa en una idea: las personas, o sea
la humanidad, o sea los homo sapiens y
las mulier sapiens (todo llegará) tienen
dos partes: una animal y otra algo más elevada, dejando al arbitrio de cada uno
definir y graduar esa especial elevación. Alicia V. Rubio lo que nos va a
destacar es que esa parte elevada, que corre como una liebre, se ve atada por
un curioso anclaje, unos pies que parecen los de una tortuga, lentos y
pacientes. La liebre es la cultura vigente; la tortuga lo que tenemos de
biológico.
¿Cuál es el
resultado? Pues que, aunque la liebre pretende correr, los pies de la tortuga
no responden y van a su paso cuando andan. En otras palabras: la liebre son las
ideas feministas al uso y la tortuga, la realidad biológica que separa de forma
evidente al hombre y a la mujer. Perdón, para que no se me tache de machista
antes de tiempo: a la mujer y al hombre. Aunque pensándolo bien tampoco esto me
librará de la condena por machista.
Alicia Rubio
parte de un hecho que considera incontestable: el hombre y la mujer son
diferentes y distintos. Desde una diferencia física visible, a una diferencia
de hábitos, gustos y tendencias que sobrepasa lo puramente físico. Recuerda que
no en balde, aun durante la gestación, el cerebro ya se ve inundado por hormonas
de una y otra clase. Alicia Rubio es además profesora de educación física y ha
constatado repetidamente como el acercamiento al deporte es distinto en el
hombre y la mujer.
El pecado
original de los defensores de la idea de género es entender que esas
diferencias no son físicas y biológicas, sino que se deben exclusivamente a la
educación recibida con reparto de roles. Y se proponen cambiar esa educación.
Fracaso total: los hechos demuestran que con esa educación se pueden igualar
temporalmente los gastos y actitudes de hombres y mujeres, pero que, al cabo
más o menos de dos años, vuelven a surgir las diferencias. O sea, que no se
deben a que unos vistan de azul y otras, de rosa.
A los
defensores de esa cosa llamada teoría del género no se les ocurre otra cosa que
contradecir la realidad: feminizar al hombre y masculinizar a la mujer. Pero es
inútil; como dice el libro: “En ningún momento, pese a que lleven uniforme
unisex, se deja de percibir si el militar es hombre o mujer”. Que no deja de
ser una forma fina de recordar el viejo dicho “Aunque la mona se vista de seda, mona
se queda”. Por eso la autora sigue a continuación diciendo “...el hombre con
tacones y pechos es eso… un hombre con tacones y pechos, aunque se sienta
mujer, aunque diga que es mujer, aunque todos sin excepción aceptáramos que es
mujer.”
Todo muy
razonable, pero luego vemos en la realidad cómo el movimiento de género arrolla
todo, prohibiendo a la mujer ser mujer, como dice el título del libro, y
persiguiendo a los hombres que no se feminicen. ¿Qué sucede? Pues bueno, lo que
en tantos otros campos: por una parte, el apoyo de sectores interesados (en
este los LGBT, es decir, lesbianas, gays, bisexuales y transexuales), a continuación,
el buenísmo de las instituciones que les apoyan económicamente, sigue la
creación de todos géneros de organismos que generan puestos de trabajo cómodos
y remunerados, y continúa con la colaboración de los medios de comunicación que
tratan de parecer avanzados (o sea, casi todos) y que no pasan de ser una
avanzadilla.
Entre todos
montan una monstruosa manipulación. Todos los días, la TV repasa los casos
llamados de violencia de género. Por descontado, son actos condenables y que
derivan de una condición más violenta de los hombres. A partir de ahí la
heterosexualidad será perseguida en el hombre. Y subiendo más arriba se denunciará
la familia.
Porque la
familia reconoce la diferencia e, incluso, establece una jerarquía. Que no
tiene que ser la misma, lo muestra Alicia Rubio refiriéndose a los chimpancés y
a los bonobos, monos que viven en relativa cercanía. Los primeros han adoptado culturalmente
el patriarcado, pero los segundos, los bonobos, han optado culturalmente por el
matriarcado y para llegar a él han optado por la total libertad sexual de forma
que se conozca únicamente a la madre y no al padre. Resulta que nosotros somos
como los chimpancés ya eso molesta a los defensores la idea de género que nos
quieren bonobos.
El feminismo
que aspiraba a dar a las mujeres los mismos derechos que los hombres se hay transformado
en un feminismo radical que ofrece aspectos totalitarios y a los que se han
unido colectivos minoritarios que han terminado haciendo del género una hidra
de mil cabezas, como dice Alicia Rubio. Y repasa esas cabezas que incluyen
cosas tan dispares como la criminalización del varón heterosexual o la manipulación
del menor, o la dislocación de lo sexual y lo afectivo. Por descontado hay que añadir
los que llama “neoderechos” que, al tiempo que terminan oponiéndose a los verdaderos
derechos humanos, generan los correspondientes “neodiscriminaciones”.
Si antes
nuestro comportamiento nos hacía recordar al chimpancé, ahora se va a hacer con
la rana. Esa rana que se introduce en agua fría que paulatinamente se va
calentando sin que la rana reaccione, muriendo al fin. Es la historia de
nuestra manipulación, una manipulación cuyas formas repasa el libro y que comprenden,
la saturación informativa, la distracción, la supresión de la información que
no conviene, la contradicción de titulares e interiores, la simple falsificación
de noticias, los falsos problemas con soluciones incluidas... Todo queda
incluido en la famosa teoría de la lluvia fina.
Somos realmente
como ranas. La lluvia fina termina mojándonos, que no en vano se llama “calabobos”.
Y Alicia Rubio nos ilustra indicándonos como así nos deslizamos de lo impensable
a lo simplemente extremista, de esto a lo aceptable, para pasar a los sensato
y, a través de lo popular, llegar a lo político. Es algo que debemos reconocer:
nuestra reacción inicial contra lo inaceptable va cediendo, por cansancio, día
a día, porque a día a día nos repiten lo mismo en televisiones, radios y
prensa. Somos ranas.
Hay que hacer aquí
una parada para referirse e la cita que hace el libro del político e ideólogo
Joseph P. Overton. Murió de un accidente de aviación en 2003 y tras su muerte
se bautizó la piedra básica de sus ideas como la “Ventana Overton” (Overton
Window”. Esa ventana es la de lo políticamente aceptable, e incluye no aquello
en lo que los políticos creen, sino aquello que creen que puede ayudarles y apoyarles,
incluso en su reelección. Los políticos se ven así esclavizados por la
cambiante opinión publica y su actuación dependerá de la sociedad, no de sus
propias ideas.
Eso dará lugar
al inmenso apoyo económico que estas corrientes reciben de los organismos públicos,
internacionales o nacionales. Hay aquí una referencia peculiar a las llamadas “puertas
giratorias” al indicar como los políticos nutren generosamente las nóminas de los
funcionarios y asesores a los que más tarde sustituirán. Alicia Rubio habla más
crudamente de “estafa piramidal”. Y aporta numerosos datos de España, aunque reconociendo
que no puede llegar a examinar los boletines oficiales de las Comunidades Autónomas.
Cita cómo el Instituto de la Mujer (heredero del Ministerio de Igualdad) dio entre
2008 y 2012 ayudas a 687 programas de 467 entidades. Y que, en 2012, gobernando
ya Rajoy y en plena crisis, dicho instituto repartió en un solo día 3,4 millones
de euros, cantidad que se desglosa en el libro.
Un aspecto
importante que merece especial importante es la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre,
de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Se promulgaba
nueve meses después de la llegada al gobierno de Zapatero, días después del
atentado de 11 de marzo. La orientación de le ley no se disimula: en el propio preámbulo
se indica que la violencia de género es enfocada de “un modo integral e interdisciplinar,
empezado por el proceso de socialización y educación”., Y poco mas adelante
insiste en la “sensibilización e intervención en el ámbito educativo”. El Capítulo
I se dedica íntegramente al “ámbito educativo”.
Alicia Rubio no
solamente critica duramente la ley, sino que cita las muchas críticas que recibió.,
De hecho, los recursos que le fueron presentado fueron rechazados por el Tribunal
Constitucional por 7 votos contra 5. Pro
quizá la mayor de las críticas que se vierten en el libro es que la acusación
de violencia no precisa sino “sólo decir que el hombre la maltrata”. Ello
determina la inmediata adopción de medidas contra el presunto maltratador, con
las consiguientes consecuencias negativas. “La palabra de la mujer actúa de
facto como hecho probatorio y el hombre no tiene derecho a ser escuchado”.
Ello abre la puerta
a las denuncias falsas. A lo que contribuyen las ventajas económicas de la Renta
Activa de Inversión y otras complementarias de otra naturaleza. El libro aporta
datos: entre 2005 y 2015 se presentaron 1.482.041 denuncias; sólo hubo 177.994 condenas.
Y añade dos cosas: entre estas últimas están las “sentencias por conformidad”
en las que el hombre acepta los hechos aun no siendo reales por diversas
razones y sin que sean cuantificables; y que 1.299.578 quedaron sin condena,
casos en los que los delitos denunciados “ni están probados, son archivados o sobreseídos
o se trata de denuncias falsas o simulaciones”
Ayer, 24 de julio
de 2017 todos los grupos parlamentarios del Congreso han suscrito el primer pacto
de estado desde hace muchos años. Es un pacto contra la violencia de genero.
Otro tanto ha hecho el Senado con 266 medidas “contra la violencia machista,
dirigidas a la educación, la sensibilización o la asistencia a las víctimas”.
Las medidas supondrán una dotación presupuestaria de nos 1.000 millones de euros
en los próximos 5 años, reforzamiento de funcionarios y supervisores, y asignaturas
obligatorias y evaluables en colegios y en las carreras de las áreas sensibles.
EL PSOE ha calificado el pacto de insuficiente y descafeinado. La foto que ha
acompañado a la noticia refleja a los componentes de la mesa de negociación que
aparecen sentados alrededor de ella: 12 mujeres y un hombre con el que el PP
suele patentizar su comprensión hacia los homosexuales.
Todo parece
conducir a un choque de trenes; los esfuerzos de grupos de presión que, con la
excusa de combatir la violencia y el machismo, intentan imponer sus ideas e intereses,
en un lado; en el otro, la biología y la naturaleza afectadas solamente temporalmente
por la educación impuesta.
El libro es
denso, proporciona mucha información que se nos mantiene oculta y esclarece la
realidad que nos rodea .Volvamos a la rana. Pero ¿tampoco usted siente un poco
de calorcito?
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