martes, 15 de octubre de 2019

Deepak Chopra : “Poder, Libertad y Gracia. Encuentre la fuente de la felicidad para toda su vida”



Abordar un libro luminoso como éste no deja de ser una pirueta. Muchas veces se ha dicho que la actuación de Deepak Chopra está orientada a una especie de autoayuda que le hace un escritor exitoso en los Estados Unidos y algunos otros países occidentales, incluido los de la América hispana. Pero éste no es un libro de esa naturaleza, aunque algunos lo tomen como un linimento con el que fregarse cada día. Este libro descubre muy claramente la mentalidad hinduista. No creo que se pueda ir más allá y hablar de mentalidad oriental. Entre el hinduísmo y el budismo, por ejemplo, hay mucha más diferencia de la que habitualmente apreciamos.
Somos mucho más miopes para la ideología hinduísta de lo que creemos. Y es la que profesa Chopra, alumbrado por los Vedas y los libros sagrados de su religión. “los Vedas, venerados por la sabiduría perdurable que encierran, constituyen una filosofía eterna a través de la cual se expresa la esencia de todas las religiones y doctrinas espirituales”. Bueno: aquí quizá se pasa unos cuantos pueblos. Pero nada más. Cualquier religión afirma más o menos eso de sí misma.
Digamos de paso que Deepak Chopra es un médico hindú afincado en California, autor de más de 25 libros en los que expone sus ideas, basadas en una emulsión entre la medicina ayurvédica y la física cuántica (entre las que se encuentra la noción de “curación cuántica”). Ideas que han recibido fuertes críticas de otros “científicos” no menos escritores prolíficos y vividores. Avisados están los navegantes.
Todo el libro parece estar dedicado a dar respuesta una pregunta. ¿Quiénes somos? Más exactamente: ¿Quién soy? La pregunta aparece simple, pero Chopra lo refiere a “su ser más profundo, su ser esencial, es la fuente de toda la Existencia, de ese campo de conciencia pura que se manifiesta a través de la diversidad infinita del universo”. Es lo que hace falta para llegar al desideratum universal que Chopra dice haber descubierto: “Porque deseo ser feliz”. Y lo que propone, curiosamente, es el considerar la obtención de la felicidad como última meta, no dejándose reposar en la satisfacción que producen solamente felicidades pasajeras.  Por cierto, ahí Chopra recuerda las palabras coincidentes del evangelio: “Buscad primero el reino de Dios y todo lo demás os será dado por añadidura”.
La idea que defenderá Chopra es que la felicidad ya reside en nosotros, pero la ocultamos con felicidades menores y pasajeras. “Lo que debemos anhelar es poder ser felices sin motivo alguno”. Y ello se consigue comprendiendo “el misterio de nuestra propia existencia”.


Chopra no es ambiguo: “Ya hemos respondido a la pregunta básica con la cual comenzamos: ¿Quién soy? Y la respuesta es: soy conciencia pura, un campo de posibilidades infinitas. Eso soy. No soy cuerpo y tampoco soy la mente. Soy el poseedor del cuerpo y el poseedor de la mente. El espíritu, el Ser único es todo eso, y esa esencia es omnisciente, omnipresente y omnipotente”. El choque con nuestras ideas (que ya no sabemos si son europeas u occidentales, porque diferencias, hailas) es total. Y continúan cuando Chopra, tras afirmar que nuestro propósito en la vida es ser feliz, añade “Y ¿qué me sucederá cuando muera?” La respuesta es nada. “Nada sucede porque no muere” La razón; “no es posible destruir la conciencia pura”, lo que “nos libera del miedo de la muerte”. Nunca hay destrucción sino transformación.
El libro no duda en enfrentarse al problema del alma, para afirmar que el alma “no existe en el tiempo o el espacio”; está más allá. El alma vibra y crea todo; aunque “para crear algo nuevo debemos morir a lo que existe”. Y aclara: “a través de la muerte nos creamos nuevamente”. Pero —y eso es el espíritu oriental— es una muerte distinta de aquélla en la que los occidentales pensamos. Para Chopra ni siquiera la personalidad sobrevive cuando estamos vivos. Con sinceridad, uno tiene que recomendar la lectura directa de lo que Chopra indica que significa la muerte. Citaré solamente esta frase suya: “La persona que usted considera ser está cambiando y transformándose constantemente. Todo se transforma y, no obstante, nada muere”; una frase que recuerda a otra que hemos oído en tantos funerales. En cualquier caso: “el Ser se manifiesta a través de la transformación”. A lo que hay que añadir: “Todo lo que sucede a nuestro alrededor es transitorio”.
Las ideas se suceden a un ritmo acelerado. La persona deja de serlo. El mundo se convierte en algo irreal. Junto a las situaciones de sueño vigilia y ensoñación suma otras como son la “conciencia cósmica” y la “conciencia divina”. Considera necesario superar la mente positiva y la mente negativa, llegando a la que llama la mente silenciosa. Elucubra con nociones de tristeza, dolor, energías, relaciones, tiempo, espacio, universo… juguetea con toda clase de nociones de forma que no es excesivo tachar de irresponsables sus afirmaciones. Todo para terminar diciendo: “Esa es la razón por la cual la clave de la felicidad perdurable está en dejar de buscarla y reconocer que ya es nuestra. Nunca encontraremos la felicidad si la buscamos.
La última parte del libro tiene ya un sentido práctico y responde a su título al dividirse en tres capítulos: el Poder y cómo obtenerlo; la Libertad y como experimentarla y la Gracia y cómo vivir en ella.
El Poder lo define como “la capacidad para manifestar cualquier cosa que deseemos, incluida cualquier realidad que deseemos experimentar”. Emana de la esencia del universo infinito y del Ser Único. Chopra nos conduce a la consideración del alma y al diálogo eterno que en ella se mantiene. El silencio es la base para llegar al conocimiento de ese diálogo. Aquí el libro salta de esas consideraciones un tanto abstractas a recomendaciones propias de la autoayuda. La práctica del silencio y la meditación, con la posible ayuda de un mantra, nos llevará a liberarnos de preocupaciones, a entender la correlación infinita de los componentes del universo y la secreta sincronización en el tiempo, a convertirnos de víctimas en creadores.
La libertad tiene como idea opuesta la esclavitud. Pero “la esclavitud se refiere siempre a los límites que nos imponemos, a nuestras propias creencias y a nuestras reacciones condicionadas.” Más expresiva es esta frase de Chopra: “Nos envolvemos en nuestros pensamientos de la misma manera que una araña envuelve a una mosca con su red. Somos a la vez la araña y la mosca, enredados en nuestra propia red.” Pienso que esto es más directo que enfrentarse a la concepción de la idea de libertad como hace Chopra: “¿Qué es la libertad? La libertad viene del conocimiento vivencial de nuestra verdadera naturaleza, la cual es libre en sí misma.” Uno reconoce el lastre que supone su mentalidad occidental. Le cuesta entender, por ejemplo, la afirmación de que con la libertad se pierde el miedo a la muerte, ya que “lo temporal va y viene; lo eterno siempre está” pero “a causa de nuestra adición a lo temporal hemos proyectado una realidad de separación y sufrimiento”. Curiosamente, el libro recomienda encarecidamente vivir el momento, dándole una curiosa intemporalidad. Sólo existe el presente. O sea: una especie de “carpe diem” espiritual, a lo hindú.
La tercera noción abordada es la de la Gracia. Nos resulta tan abstrusa o más que las anteriores: “La Gracia es mágica, sincrónica, coincidencial, alegre”. Es el factor de la buena suerte. ¿Y cómo vivir en gracia? Es sencillo. Basta con permitir que el universo fluya a través nuestro sin interferir con él.” Cuando pensábamos que íbamos a remontar vuelo, nos encontramos con que el libro nos reconduce ahora al cuerpo que nos soporta, pero que no es nuestro. Y nos ordena: “trate a su cuerpo con reverencia y prodíguele cuidados. Alimente su cuerpo con el amor de su atención. Nutra su cuerpo con alimentos sanos y agua fresca”.
Este papel protagonista que, de pronto, se concede al cuerpo se basa en su carácter holográfico, ya que según Chopra cada célula contiene la información de todo el universo. Parece sugerir que es el universo mismo y eso le convierte en un cayado imprescindible para lograr la felicidad. “Su cuerpo le habla constantemente a través de señales de bienestar y de malestar, placer y dolor, atracción y repulsión. Cuando escuche los matices sutiles de las sensaciones de su cuerpo, estará conectándose con la inteligencia intuitiva. Esa inteligencia es contextual, relacional, vital, integral y sabia.”
Hablábamos de un cayado en nuestra andadura. Así lo manifiesta Chopra: “La próxima vez que deba tomar una decisión, en lugar de tratar de comprenderla intelectualmente, preste atención a las sensaciones de bienestar o malestar de su cuerpo y déjese llevar por sus impresiones intuitivas.”
En suma: es un libro de lectura amable, aunque con aspectos crípticos. Quizá pesa sobre él la cohorte de libros publicados por Chopra en los que desarrolla aspectos concretos de las ideas que en éste parece agrupar de forma coherente. Pero en todo caso hay que insistir en que lo que puede tener de valioso son las ideas que derivan, más o menos directamente, más o menos manipuladas, de las doctrinas védicas. Aportan conceptos que, de alguna manera aparecen “occidentalizados” y, más concretamente, adoptados a los modos de vida norteamericanos. Un libro que nunca estorba, sin nunca llegar a ser necesario.
“Poder, Libertad y Gracia” ( págs.) es un libro del que es autor Deepak Chopra y que ha sido publicado en España por Amber-Allen Publishing, La versión comentada ha sido leída en e-book de Kindle.

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