Estamos ante un
libro que reúne, de entrada, dos virtudes: una, la de no concentrarse sobre el
populismo en general, sino sobre la especie peculiar de populismo que se cierne
sobre España, como es Podemos. La segunda virtud es estar escrito por un
periodista italiano que ha vivido en los medios de Bolonia donde los protagonistas
fundamentales del inicial Podemos español nutrieron sus ideas. Ideas que, como
luego, se verá, fueron excesivamente dúctiles
en sus manos.
Luca
Constantini, en efecto es un periodista italiano nacido en Bolonia en 1983, en
cuya universidad se doctoró, al igual que en la UNED, en Historia
Contemporánea. Trabajó durante cuatro años en El País como corresponsal en el
Ayuntamiento del Madrid y pasó luego a VozPopuli, el periódico digital de
orientación conservadora que fundó Jesús Cacho en 2011 y que nuevamente dirige
en la actualidad.
Sorprende que
el libro se publicara días antes de las elecciones del 10 de noviembre tras las
cuales, de forma rápida e imprevista (¿imprevista realmente?) Podemos se
imbricó en el gobierno que se calificaba como gobierno del PSOE. Pero esta
sorpresa se supera fácilmente cuando se tiene en cuenta que lo que hace el
libro es dar las pistas de lo que más tarde sucedió. Concretamente, lo que
Constatini hace es ahondar en la personalidad de los principales protagonistas
de la izquierda española. No solamente en la de Iglesias (es, ya de por sí,
demostrativo el título del libro “Aquí mando yo”), sino en las de sus
seguidores como Errejón, o sus opositores como Sánchez. Y uno siente miedo. Pero
no solamente eso: Constantini, desde las páginas digitales de VozPopuli, nos
proporciona las nuevas informaciones, explicaciones y justificaciones que
rodean al mundo político español.
Hay dos figuras
que sobresalen sobre las restantes: las de Iñigo Errejón y la de Irene Montero.
Pero son muchas más las comentadas en el libro: Carmena, Monedero, Carmona, Carolina
Bescansa… Y muchos son también los hechos que se examinan como cruciales: el
15-M, las elecciones europeas de 2014, la irrupción de Sánchez tras la oscura
historia de la moción de censura frente a Rajoy, la batalla por la alcaldía de
Madrid, la sublevación de las regiones…
El libro ahonda
en primer término en la formación que en Bolonia recibió Iglesias, donde
reafirmó sus ideas revolucionarias y donde conoció y cimentó su amistad con
Iñigo Errejón, más gramsciano que leninista. Recorre igualmente sus incursiones
por territorios bolivarianos en los que Monedero tiene especial trascendencia.
Y, sobre todo, su incorporación, tras estudiar derecho, a la Facultad de
Ciencias Políticas de la Universidad Complutense en la que trabaja junto a una
persona de la que luego prescindirá pero que a la que en aquellos momentos
elogió y se apoyó en ella: Tania Sánchez (la militante de IU que afirmaba: “Hay
que matar al PSOE”) que por disidencias con su partido “decide en
convertirse en la madrina de Podemos”. Es una época en la que Iglesias toma
conciencia de la importancia de la imagen y se revela como espléndido
comunicador. Algo que no olvidará en ningún momento. Fruto de ello es la
operación de “La Tuerka”, un espacio televisivo transmitido por la Cadena 33 que
le permitirá darse a conocer.
Cuando aborda
la historia del 15-M, Constantini recuerda una idea del conde de Mirabeau expuesta
a Luis XVI según la cual no basta oponerse a los movimientos revolucionarios,
sino que es preciso controlarlos. “Ante un cambio revolucionario no es
suficiente comprender su impacto y origen sino saberlo dirigir”. Y, tras
afirmar que Iglesias comprendía bien el fenómeno del 15-M, agrega “¿supieron
conducirlo?” El 15-M, como reconoce, es un movimiento transversal que surge
como manifestación de descontento con la corrupción reinante; es una reacción
de protesta que comparten teóricos votantes de izquierda y derecha. Y entonces
Iglesias, junto a sus colaboradores, irrumpe como aglutinador de ese descontento
y jefe de esa fuerza. “El líder de Podemos, de hecho, no nace como político,
sino como comunicador”.
Hoy, no han
pasado seis años desde que Podemos se fundó. Lo hizo el 11 de marzo de 2014,
fruto de los acuerdos a que llegaron sus fundadores. Posteriormente fue
obteniendo su perfil actual. Pero siempre en medio de turbulencias internas.
Vamos a permitirnos no seguir puntualmente el razonamiento del libro y aludir a
los hechos que nos han sorprendido. Uno de ellos es la contradicción existente
entre el régimen autoritario y de mandato único preconizado por Iglesias y la
pretensión de autonomía de las organizaciones políticas regionales que habían
ido adhiriéndose al programa de Podemos, que así derivaba a llamarse “Unidos
Podemos” y más tarde “Unidas Podemos”. Una de sus consecuencias es que, siendo
Iglesias inicialmente no proclive a los nacionalismos, termina apoyándolos como
medio de mantener una relativa unidad. Constantini es claro en este sentido: “Podemos
nació inspirado en el 15-M y el asambleísmo, pero a la hora de construir una
formación política se plantean dos sistemas: uno más vertical, apoyado por
Iglesias, y otro más horizontal, que daba mayor autonomía a nivel regional y
municipal, respaldado por los anticapitalistas”.
Hay pasajes a
los que el libro dedica muchas páginas: sobre todo a la calificada como gran
traición de Errejón, tan distinto a Iglesias en los medios que no en los fines,
y que en último término se traduce en la creación de “Ahora Madrid” en unión
con la peculiar Manuela Carmena, y de la pretensión de trascender a un “Ahora
País”
Todo sucede
demasiado deprisa. Demasiada. E Iglesias es consciente que debe aprovechar su
éxito inicial (el que le hizo pensar en un “sorpasso” al PSOE) o resignarse a
la extinción de Podemos. En otras palabras: tiene prisa. Hay una frase perdida
en el texto muy significativa; “Su asalto al poder tampoco ha triunfado, y
ahora le espera una temporada en la oposición, situación que le aburre”.
Constantini nos dice con claridad que la oposición le aburre. Y es lo que
evitará agobiando a Sánchez hasta entrar en el gobierno. Jugaba con el miedo de
Sánchez y éste con la prisa de Iglesias; los hechos han comprobado que éste
jugó bien: entró en el gobierno. A partir de ahí parece que sigue su constante:
“Aquí mando yo”. Algunos de su propio partido opinan hoy que quien manda es
Irene Montero. Y sugieren que Iglesias está enamorado, así de simple. Pasaron
los tiempos en que Iglesias pedía únicamente una vicepresidencia para Irene;
ahora la ocupa él pero, desde el Ministerio de Igualdad, vigila ella. Lo hace
con niños y tartas, pero vigila; uno acaba de verlo.
Recordemos los
hechos: Pedro Sánchez consigue desplazar a Rajoy de la jefatura del gobierno.
No lo hace mediante unas elecciones, sino a través del mecanismo de la moción
de censura que permitirá al Congreso votar el nuevo candidato el 1 de junio de
2018. Es el fracaso que tiene lugar el 13 de febrero de 2019 en aprobar unos
presupuestos propios lo que le impulsa a convocar elecciones. Se celebrarán el
28 de abril de 2019. Con un número menor de votantes, Sánchez ve como el Congreso
no lo inviste. Tampoco lo hace el 25 de julio. Todo obliga a Felipe VI a
convocar nuevas elecciones el 10 de noviembre de 2019. Hasta aquí lo cubierto por
el libro. Tenemos que añadir que en dichas elecciones el PSOE vio reducido el
número de escaños con los que contaba. Dos días más tarde de celebrarse las elecciones
se produce el inesperado (por la gente, que no por los interesados) abrazo de Sánchez
e Iglesias para formar un gobierno de coalición entre socialistas escorados a
la izquierda y los comunistas. Constantini nos expondrá la serie de contactos
que previamente mantuvieron a las elecciones. ¿Sorprendidos? Si creemos que sí,
es que no hemos entendido nada.
El libro, que
merece todo tipo de elogios, por información y por claridad difíciles de
encontrar, nos deja en posesión del balón, una vez ofrecidos todos los datos,
para manejarlo inteligentemente. Sorprendidos o no, vemos a Iglesias como
acompañante perpetuo de Sánchez, comiéndole el bocadillo. El primero busca el
poder a través de la revolución; el segundo, simplemente la Moncloa. ¿Son objetivos
compatibles? Si llegamos a la conclusión negativa tendremos que investigar la
razón que les une y, sinceramente, no se nos ocurre otra que el miedo común a
unas nuevas elecciones. Que, si no son anticipadas, llegarán inexorablemente en
el plazo legal de cuatro años. Cuatro años que no les servirán para ganar las
elecciones, sino que deberán aprovechar para evitarlas, es decir, para hacer
inútil u obsoleta la democracia.
Antes me excusé
de que, más que comentar el libro, me inspiraba en él. Es verdad. Resultaba
imposible recoger todos los hechos a los que en libro se refiere su autor. Son
demasiados, importantes y clarificadores; tanto que lo único que puede hacerse
con ellos es repensarlos, tratando de digerirlos. Es de capital importancia,
por ejemplo, el diseño psicológico que hace de los protagonistas de libro; se
podrá disentir o no del mismo, pero fija la atención sobre esa realidad.
He expuesto por
lo tanto mis ideas, algo prometido en el título de este blog. Algo que es casi
invitación de un libro que se publica antes de unas elecciones generales. La
cosa es clara: existe un plazo máximo de cuatro años dentro del cual hay que
esperar algo. Hay pensar que el gobierno socialista-comunista actual tiene una
idea similar en sus componentes, pero con una esperanza de sentido contrario.
El primero pasa por aparentar un respeto democrático a la Constitución; el
segundo, por su desaparición, unos por vía revolucionaria, otros por vías que
implican el desprecio a la legalidad vigente. Cosas que por difíciles les hace
temer a unas nuevas elecciones, pero que no consideran imposibles prescindiendo
de los principios democráticos más elementales.
En esta lectura
he aprendido, revivido, recordado o presentido mucho. Me siento obligado a
invitar a otras personas a seguir ese recorrido.
“Aquí mando yo. Historia íntima de
Podemos” es un libro registrado como autor por Luca Constantini en 2019 y que
ha sido publicada en España por “Esfera de los libros” ese mismo año. La
primera edición en libro electrónico (que es la leída) fue hecha en octubre del
mismo año.
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